En los años 60 tuvo lugar un fenómeno social sin precedentes. Los jóvenes de Estados Unidos –y, luego, los de otros países occidentales– se rebelaron contra la sociedad de sus mayores y emprendieron una ardua búsqueda de nuevas experiencias: recuperación del propio cuerpo, revolución psicodélica, no violencia, irracionalismo-misticismo. Fue un intento de construir un mundo libre de la alienación de la tecnología, de la deshumanización del dinero, de la violencia y la injusticia.

Uno de los signos de identidad fundamentales de la juventud de los años 60 fue la música. El rock remontó todas las etapas por las que atravesó el movimiento hippie: ascenso, estancamiento y caída.

Algunos participaron en activismo radical y en el uso de marihuana y alucinógenos como el LSD y otras drogas con la intención de alcanzar estados alterados de conciencia; en realidad una forma de rebelarse por la homogeneidad de conceptos que ofrece el sistema. También buscaron formas de experiencia poco usuales en esos tiempos, como la meditación.

Debido a su rechazo al consumismo solían optar por la simplicidad voluntaria, ya sea por motivaciones espirituales-religiosas, artísticas, políticas, y ecologistas.

El término hippie proviene de la palabra hipster que a su vez derivaba de “hip”, muy usado durante los años 50 para denominar a los blancos que eran partícipes del ambiente del jazz y por lo tanto “estaban en onda” o “estaban iniciados”.

Más información: vinilomusical.com