Una gran cantidad de fuerzas poderosas residen debajo de la corteza de la Tierra que puede desencadenar terremotos, crear piedras preciosas y la erupción de lava sobre la superficie a través de los volcanes. Muchos científicos han realizado una gran labor para descubrir la estructura y las condiciones de la Tierra por debajo de la superficie hasta el núcleo del planeta.

El sismólogo Beno Gutenberg (1889-1960) contribuyó a la comunidad científica con un descubrimiento revolucionario en relación con las capas internas de la Tierra.

La discontinuidad de Gutenberg es la división existente entre el manto y núcleo de la Tierra, situada en torno a 2700 – 2890 km.

Se caracteriza porque las ondas sísmicas S no pueden atravesarla y porque las ondas sísmicas P disminuyen bruscamente de velocidad, de 13 a 8 km/s. Bajo este límite es donde se generan corrientes electromagnéticas que dan origen al campo magnético terrestre, gracias a la acción convectiva del roce entre el núcleo externo, formado por materiales ferromagnéticos y el manto.

De hecho, demostró que la zona sin ondas S en el lado opuesto de la Tierra al lugar donde se genera un seísmo, se debe a la existencia de un núcleo terrestre –en estado fluido– que limita con el manto –en estado sólido– a la profundidad ya indicada.

Posteriormente, se demostró que existía otra discontinuidad –la discontinuidad de Lehmann–, situada a 5150 km de profundidad, a partir de la cual el núcleo se encontraba en estado sólido.

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