El centeno es una planta monocotiledónea anual de la familia de las gramíneas y que se cultiva por su grano o como planta forrajera. Es un miembro de la familia del trigo y se relaciona con la cebada.

El centeno se cultiva principalmente en Europa del este, central y norteña: norte de Alemania, Polonia, Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Letonia y hacia Rusia central y norteña. También prospera en Norteamérica: Canadá, Estados Unidos; Sudamérica: Argentina, Brasil; Asia: Turquía, Kazajistán, y norte de China.

Es un cereal que supone una gran fuente de proteínas, fibra y carbohidratos de absorción lenta. Además, es rico en vitamina B, fósforo, hierro y calcio. Existen diferentes usos del centeno, el primero de ellos es como harina.

Las variedades más conocidas y cultivadas son la Gigantón, la Galma y la Petkus, de origen alemán, de espiga corta y especialmente productiva.

Por su rusticidad, su cultivo ha sido más ecológico que el de otros cereales, incluso en algunas zonas se mezclaba ocasionalmente con el de trigo para proteger a éste –de las inclemencias del tiempo.

La riqueza mineral del centeno es extraordinaria. Una ración de 100 g de pan de este cereal cubre el 18% de las necesidades diarias de hierro y de fósforo y el 11% de las de magnesio.

Su aporte vitamínico es importante, pues una rebanada de 100 g satisface el 18% de la vitamina B1 que se precisa diariamente; el 15% de vitamina E; el 12% de vitamina B6 ; y el 8% y el 7% de vitaminas B2 y B3, respectivamente.

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