El esqueleto humano adulto está constituido por 206 huesos. La mayoría de los huesos son pares, con un miembro de cada par en cada lado del cuerpo. Los huesos impares son: las vértebras, el esternón, el frontal, el occipital, la mandíbula, el esfenoides, el etmoides, el vómer y el hioides.

​La caja toráxica está formada por el 37 huesos: esternón, 12 pares de costillas y 12 vértebras.

El esternón se ubica justo en el centro del cuerpo y al frente del tórax. Las costillas son huesos alargados, elásticos y planos que se encuentran tanto en el lado izquierdo como en el derecho, resultando un total de 24 costillas. Las vértebras torácicas son huesos fuertes pero pequeños que conforman la columna vertebral.

El pie humano y el tobillo son una fuerte y compleja estructura mecánica que contiene 26 huesos, 33 articulaciones, y más de 100 músculos, ligamentos y tendones.

El cráneo es el esqueleto de la cabeza y diversos huesos constituyen sus dos partes: el neurocráneo y viscerocráneo. El neurocráneo es la caja ósea del encéfalo y sus cubiertas membranosas: es un conjunto de ocho huesos soldados y unidos entre sí a lo largo del desarrollo mediante tejido conjuntivo endurecido. En el viscerocráneo encontramos un total de 14 huesos, que junto a los 8 anteriores configuran los 22 que de media tiene la cabeza de un humano adulto a los que es posible sumar los del oído.

El cuello humano está formado por ocho huesos: las siete vértebras cervicales y el hueso hioides.

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