Con su capa de pelo largo y sus patas cortas y rechonchas, el yak está bien equipado para la vida en la montaña.

Es un mamífero rumiante bóvido, similar al bisonte que habita en la cordillera del Himalaya, Asia Central, las altiplanicies esteparias y fríos desiertos del Nepal, Tíbet, Pamir y Karakórum. Es el único gran mamífero que puede sobrevivir entre los 4000 y 6000 metros de altitud.

Aunque parece torpe, es un buen escalador, llegando a altitudes que la mayoría de los animales quedarían sin respiración por falta de oxígeno.

Los yaks se domesticaron por primera vez hace 2000 años, hoy sobrepasan en número a los que viven en libertad.

Los domésticos son más pequeños que los salvajes y se crían para aprovechar su carne, su leche y su piel.

Su nombre científico es "Bos mutus". Es un animal herbívoro que se alimenta principalmente de pasto, aunque el ramoneo también es importante en su alimentación, especialmente durante los periodos de limitada disponibilidad de hierba. No posee métodos eficientes para conservar el líquido y necesitan, por tanto, beber regularmente, pudiendo cubrir esta necesidad comiendo nieve.

Las hembras y las crías forman rebaños a los que se unen los machos únicamente en la temporada de apareamiento. Durante el resto del año, los machos forman grupos de solteros o viven solos.

LLegan a pesar hasta mil kilos, su altura hasta los 2 metros, la gestación dura 9 meses, y llegan a vivir hasta 20 años.

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