Los almohades (en lengua árabe: الموَحدون, al-muwaḥḥidun) «los que reconocen la unidad de Dios» fueron una dinastía bereber marroquí que dominó el norte de África y el sur de la península ibérica desde 1147 a 1269.

Los almohades fueron un grupo guerrero que siguió al rey beréber Aben Túrmat, autoproclamado Mesías del Islam e instigador de otros grupos musulmanes, a los que acusó de politeistas.

Aben Túrmat llegó a crear un imperio nuevo en el norte de África, que conseguiría dominar y unificar a los pequeños reinos de Taifas en que se había dividido el imperio almorávide del sur de la Península Ibérica.

Los almohades entraron en España en el año 1147, eligiendo como sede para su capitalidad la ciudad de Sevilla, e intentaron la unidad religiosa en las tierras por ellos ocupadas mediante la conversión forzosa o expulsión de los judíos.

El momento de su mayor auge militar en Al-Andalus lo consiguieron con la victoria de Abu Yaqub Yusuf sobre las tropas de Alfonso VIII de Castilla en la batalla de Alarcos de 1195, siendo la fecha clave de su descomposición la de 1269, año en el que los benimerimes conquistaron la ciudad de Marrakech.

Los almohades fueron excelentes constructores de obras civiles, religiosas y militares. En Sevilla dejaron buena muestra de ello en las mejoras realizadas sobre las murallas de la ciudad, donde levantaron potentes torres defensivas como la Torre del Oro y atrevidas torres de carácter religioso como la Giralda.

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