Si hay un monumento de Jerusalén, capital de Israel, que no deja indiferente a nadie, ese es sin duda la Cúpula de la Roca, en la Explanada de las Mezquitas. Su impresionante cúpula dorada se ha convertido en todo un símbolo de la historia Jerusalén.

Aunque la entrada al templo está prohibida para los no musulmanes, merece la pena visitar la Explanada de las Mezquitas y contemplar la impresionante belleza exterior de la Cúpula de la Roca de Jerusalén, el tercer lugar sagrado del islam después de la Meca y Medina.

El Domo de la Roca es en su base una de las obras existentes más antiguas de la arquitectura islámica. El edificio se completó inicialmente entre los años 691 y 692 por orden del califa omeya Abd al-Málik durante la Segunda Fitna (o Segunda Guerra Civil Islámica) en el lugar donde antes se erigiera el Segundo Templo Judío, destruido durante el sitio romano de Jerusalén en el año 70. El domo original colapsó en 1015 y fue reconstruido entre 1022 y 1023.

Su arquitectura y mosaicos siguen los patrones de las cercanas iglesias y palacios bizantinos,​ aunque su apariencia exterior ha sido modificada significativamente durante el periodo otomano y de nuevo en el periodo moderno, notablemente con la adición del techo dorado, entre 1959 y 1961 y nuevamente en 1993.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha sido llamada "el punto de referencia más reconocible de Jerusalén".

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