Hacia el año 1346, comenzaban a llegar noticias a Europa sobre una terrible y exterminante epidemia que había surgido en China y que se había extendido por la India, Mesopotamia, Siria, Persia, Egipto y Asia Menor. Las noticias que llegaban eran de devastación, pueblos enteros despoblados.

La peste negra llegó a Europa en 1347, traída por un barco que había amarrado en Mesina, Sicilia, procedente de Crimea. Tras haber causado millones de muertos en Asia, sus efectos en Europa fueron devastadores: la escasa higiene, las carencias alimentarias, la ausencia de tratamientos adecuados y, el estado de la población ya debilitado por epidemias anteriores, facilitaron la difusión de la plaga.

La peste es una infección grave causada por la bacteria Yersinia pestis; la principal vía de transmisión es a través de la picadura de pulgas de roedores, principalmente las ratas. Otras dos pandemias famosas ocurrieron en el siglo VI, conocida como la peste de Justiniano y, en el siglo XIX, llamada tercera epidemia.

Se calcula que, en tres años, se produjeron más de 25 millones de muertos, casi un tercio de la población europea de la época, y el mundo medieval se hundió en una crisis económica y demográfica que habría de durar décadas.

La peste negra se dio por extinguida en 1361, dejando detrás de sí. una cantidad estimada de más de ochenta y cinco millones de personas fallecidas, ha sido y es considerada la pandemia de peste más devastadora de la historia de la humanidad.

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