¿De qué se proveía Roma tras la incorporación de Egipto?
Egipto era uno de los principales proveedores del Imperio romano, tanto en bienes de primera necesidad como grano como en mercancías y objetos elaborados como papiro, mármol o telas. Los cereales, base de la dieta en la antigüedad, eran la auténtica riqueza de Egipto.
Además de disfrutar de abundantes reservas, tenían una amplia capacidad productiva, hasta el punto de convertirse en el granero de Roma.
Un viejo mito afirma que fue la diosa Isis quien enseñó el cultivo y la recolección del trigo y la cebada, que al principio crecían al azar en el país. Los cereales que en efecto se cultivaban desde la prehistoria, y que aún se cultivan en Egipto, son el trigo y la cebada. La variedad de trigo era la denominada escanda, de paja corta y dura, y cuyo grano se separa con dificultad del cascabillo. También se cultivaba el durah, que era una especie de mijo.
En épocas remotas estos cereales se guardaban en silos excavados en tierra y cubiertos con esteras; en tiempos históricos se construyeron graneros. Eran éstos grandes construcciones de ladrillo, formadas por compartimentos estrechos y altos, abovedados, sin comunicación directa entre sí. No tenían más que dos aberturas: una en la parte superior, por donde se introducía el grano y otra al nivel del suelo, por donde se lo sacaba. Los graneros llenos eran para los egipcios un símbolo de riqueza. Las cantidades de grano depositadas eran cuidadosamente anotadas por los escribas encargados.
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