Los escarabajos peloteros o acatangas, son aquellos coleópteros que alimentan a sus larvas con boñiga o estiércol (excrementos).

Algunas especies moldean las heces con sus patas, hasta que adquiere la forma de una pelota homogénea, que transportarán hasta el sitio deseado. Pueden transportar una cantidad que supera su propio peso.

Son un elemento clave para mantener óptima la calidad del suelo, ya que participan activamente en el ciclaje de nutrientes. Cuando el animal elimina el exceso de estiércol del ecosistema, ayuda a la disminución de moscas y otros animales no deseados.

No solo sirve de alimento para esta amplia gama de especies coleóptera, también lo utilizan para el cortejo y para la reproducción.

Además de los servicios ecosistémicos que prestan, se han destacado en la sociedad humana desde un punto de vista cultural. Han sido especies importantes para diversas civilizaciones, resaltando los egipcios que glorificaban la imagen de estos escarabajos.

Se encuentran distribuidos en todos los continentes, excepto en la Antártida. Pueden vivir en distintos tipos de ecosistemas, incluyendo desiertos, bosques, sabanas, pastizales y tierras de cultivo.

Se conocen unas 6.000 especies de escarabajos peloteros, distribuidas en más de 257 géneros. Este éxito se puede atribuir a su movilidad, ya que la mayoría de las especies pueden volar y su límite de vida es relativamente bajo.

Algunos no transportan el estiércol sino que excavan su galería y entierran sus provisiones.

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