El brócoli es originario de las costas del Mediterráneo Oriental y de Oriente Próximo, donde actualmente se encuentran Grecia, Turquía o Siria. Su propagación por el mundo se debe a los comerciantes y navegantes del mediterráneo, es decir, griegos, romanos y musulmanes.

Pertenece a la familia de las Brasicaceae, que anteriormente era conocida por Cruciferae, porque sus flores recuerdan a una cruz griega.

Tiene abundantes cabezas florales carnosas comestibles de color verde y abundante cabello dispuestas en forma de árbol, sobre ramas que nacen de un grueso tallo, es muy parecido a la coliflor pero se diferencian en el color.

Los sajones y los celtas fueron los primeros en utilizarla, como medicina contra la sordera, la diarrea y el dolor de cabeza entre otros. En la Edad Media surgió la tradición de regalar un caldo compuesto de brócoli y repollo a las parejas recién casadas, por sus propiedades afrodisíacas y por la fama que tenía de aumentar la fertilidad.

LLegó a España en 1970, las empresas exportadoras de la Comunidad Valenciana lo cultivaron para otros países. La región de Murcia produce un 80% del brócoli que se exporta a Europa.

Puede consumirse hervido, al vapor, crudo. Una de las formas de cocinarlo es cociéndolo con papas cortadas en trozos y condimentarlo con pimentón, ajo y aceite de oliva.

Tiene un alto contenido de vitamina C y fibra alimentaria con pequeñas cantidades de selenio, una sola ración proporciona más de 30 mg de vitamina C.

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