Las gardenias son unas plantas de la familia de las rubiáceas originarias de China. El nombre científico de la especie más común es Gardenia jasminoides. Es el símbolo de la gracia femenina, la sutileza y el mérito artístico.

Es un arbusto perenne, sempervirente (conserva su follaje verde todo el año), muy ramificado y que puede alcanzar hasta los 2 metros de altura.

Presenta un sistema radicular abundante, formado por una gruesa raíz principal y numerosas raíces adventicias. Las hojas son opuestas de color verde oscuro, brillantes, con forma lanceolada u oblonga y de aspecto coriáceo. En muchas ocasiones, forman un verticilo de tres hojas. La longitud foliar es de 5-10 cm.

Las flores son terminales, con cáliz compuesto por cinco sépalos largos y angulosos, y corola multipétala de color blanco que puede alcanzar los 6-10 cm de diámetro y se destacan por su aroma.

El rango de temperatura óptima para el desarrollo y floración de la gardenia, oscila entre los 15 °C durante la noche y los 30 °C durante el día.

Para favorecer el desarrollo del botón floral se recomienda someter las plantas a temperaturas nocturnas frescas (17 °C). Con ello, se asegura la obtención de flores en los meses de invierno.

Las temperaturas altas inhiben el desarrollo de los botones florales pero permiten la obtención de plantas jóvenes de gran tamaño rápidamente.

Se multiplica por esquejes que pueden ser tanto terminales como intermedios, los terminales son más rápidos en enraizar y desarrollarse.

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