Sebastián I de Portugal, apodado «el Deseado», (Lisboa, 20 de enero de 1554 - Alcazarquivir, 4 de agosto de 1578) fue rey de Portugal desde 1557 hasta su muerte, o desaparición, en la batalla de Alcazarquivir en 1578 en el norte de Marruecos. Hijo póstumo del infante Juan Manuel de Portugal (hijo de Juan III el Piadoso) y de su esposa, la archiduquesa Juana de Austria, infanta de España, era, por tanto, nieto de Carlos I de España por vía materna y bisnieto por ambos lados, paterno y materno, de Manuel I de Portugal.

El joven rey creció bajo la guía e influencia de los jesuitas. Fue un místico que dedicaba largos periodos a la caza. Se convenció a sí mismo de que era un gran capitán de Jesús en una gloriosa cruzada contra la expansión del poder turco en el norte de África. De hecho durante el último año de vida de Juan III, las tropas portuguesas se retiraron de sus fortalezas en Marruecos, lo que permitió la expansión del Imperio turco. Esto abrió un segundo frente en el inacabable conflicto entre turcos y cristianos.

Durante su juventud, jamás se interesó por las mujeres ni dio síntomas de desear contraer matrimonio. Algunos biógrafos aluden a una enfermedad en su órgano sexual, que le provocaba impotencia y esterilidad, y que se acentuaba con la práctica de ejercicio físico y se relativizaba con el reposo, y que nunca llegaría a curarse.

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