El macarrón deriva del italiano Macarrone y del francés Macaron, su origen se remonta al siglo XV en Sicilia, Italia que designaba a una pasta seca en forma de bolitas, llegó a Francia en el Renacimiento.

Una teoría sostiene que la reina Catalina de Médici ordenó ofrecer Macarons a los invitados de la boda del duque de Joyeuse. El objetivo era sofisticar el recetario de los banquetes servidos en los palacios renacentistas.

Por otro lado, en el país vasco francés el macaron apareció en San Juan de Luz, cuando un pastelero llamado Adam se los obsequió a Luis XIV por su boda con María Teresa de Austria, en 1660. A partir de esta fecha, se perpetuó como tradición en las generaciones descendientes.

En la corte parisina de Versalles, miembros de la familia Dalloyau servían macarons a la realeza. Años más tarde, en 1802, fundaron una casa gastronómica con su apellido.

En un principio, esta galleta dulce se servía con una sola cara, a partir de 1830 comenzó a prepararse y servirse con dos tapas y con relleno de mermelada. El relleno actual es de crema o ganache y su nombre es Macaron Gerbert. Fue creado en 1880 en el barrio parisino de Belleville.

La popularidad de este dulce se debió al principio al salón de té Pons, ubicado en el Barrio Latino de París, el cual ya no existe.

La casa de pastelería y repostería Maison Ladurée comenzó a elaborarlos en la gama de colores pasteles para diferenciar su sabor. A la fecha, esta empresa vende 15 000 unidades por día.

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