En el México de los años 50, se escuchaba la expresión “muñequita de sololoy”. A principios del siglo XX llegaron al mercado mexicano diferentes juguetes fabricados con celuloide. Las más famosas fueron las delicadas muñecas de sololoy.

En la segunda mitad del siglo XIX, John Wesley Hyatt inventó, un nuevo material hecho a base de nitrato de celulosa, al cual llamó celuloide. El material era flexible, fácil de moldear y resistente a la humedad.

El celuloide se utilizó como sustituto del marfil. Tuvo gran éxito en la elaboración de juguetes. Su transparencia fue una gran cualidad y se convirtió en una revolución para las industrias del cine y la fotografía. En 1950 comenzaron a introducirse en el mercado las películas de acetato.

El celuloide fue dejando de ser útil por su costosa fabricación, y por ser un material altamente inflamable y frágil. Hoy en día, el celuloide se usa para hacer instrumentos musicales y pelotas de tenis de mesa.

El vocablo es resultado de la transliteración de la palabra inglesa celluloid. El habla popular mexicana adoptó y suavizó la palabra con el mexicanismo: "sololoy".

La frase “muñequita de sololoy” hace referencia a la delicadeza y belleza de las muñecas fabricadas con este material. Usualmente se utiliza para calificar a una mujer muy bella, delicada, pulcra y angelical.

Las muñecas llegaron a México desde Estados Unidos. Su popularidad duró de 1920 hasta 1979, después comenzaron a ser sustituidas por muñecas de plástico.

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