El término chateaubriand se aplica a dos conceptos muy diferentes. Por un lado, es una parte gruesa y compacta del solomillo de vacuno. Este corte de carne es perfecto para llevar a la plancha, y mejor si no se cocina demasiado. Queda muy tierno y mantiene los jugos interiores, sin aportar nada de grasas.

Por otro lado, está la salsa chateaubriand, que acompaña un buen solomillo o cualquier otra carne, de una manera exquisita. Al preparar esta receta de origen francés se obtiene un plato delicioso que los paladares más exigentes sabrán apreciar. Aunque su preparación lleva tiempo, pues son muchos los ingredientes que hay que combinar, el resultado sin duda merecerá la pena.

La salsa se prepara con chalotas, champiñones, tomillo, laurel, estragón, vino blanco, caldo de ternera marrón y beurre maître d'hôtel (mantequilla dulce con perejil). Otros ingredientes pueden ser el glaseado de carne, el demi-glace, los restos de la sartén, la cebolla, el zumo de limón, la pimienta de cayena, la pimienta en grano y la sal.

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