¿De qué cultura procede el mito de la creación de Tupâ y Arasý?
En una remota mañana Tupâ y Arasy bajaron a la tierra. Instalados sobre una colina, de Areguá, de allí crearon los mares y ríos, los bosques, las estrellas y todos los seres del universo.
Tupâ o Tupavé o Tenondeté es el dios supremo de los Guaranies, es la deidad que creó la luz, el universo. Su morada es Kuarahy, el sol, foco de luz, origen de nuestra Raza.
Arasý (madre del cielo) contrajo nupcias con el dios supremo de la cultura guaraní, Tupá (Dios del Sol) la consagra madre del cielo y le fija por morada la luna (jasý).
La luna, a la que se considera madre de la raza guaraní, y que por ello conserva un sentido sexual perfectamente determinado (mujer, fuente, fecunda, etc.).
Tupâ y Arasy descienden a la Tierra en un lugar descrito como un monte en la región de Areguá (Paraguay). Desde este sitio creó todo sobre la tierra, incluyendo el océano, la flora y los animales.
Luego Tupã creó a la humanidad en una mística ceremonia en la que formó estatuillas de arcilla representado al hombre y a la mujer. Luego de soplar la vida en estas formas humanas, las dejó con los espíritus del bien (Angatupyry) y del mal (Taú) y partió nuevamente al Sol y Arasy a la Luna.
La primera raza así creada serían los guaraníes, de quienes se originarían los demás. Tupã les dio muchos consejos para vivir en amor, pacíficamente procrear, y puso a disposición de ambos todos los seres y productos de la tierra para usar sin desperdicios.
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