Aunque con poca frecuencia, el albinismo es una condición que se presenta en muchas especies.

Hay varios genes en los animales que están involucrados en la producción de un pigmento que se llama melanina. Este pigmento está presente, principalmente, en la piel, el pelo y los ojos. En ese sentido, los animales albinos no producen melanina o, en caso de que lo hagan, lo hacen en cantidades muy bajas. Es decir, el albinismo se da cuando existe una pérdida en la capacidad de producción de melanina. Y de la misma manera que en los humanos, el albinismo viene dado por la genética.

Al igual que sucede en otras especies, en los animales domésticos, como perros y gatos de compañía, también pueden darse casos de albinismo. En estos casos, el pelo es de color blanco, aunque no debe confundirse ya que no todos los perros y gatos de pelo blanco son albinos.

Para determinarlo no basta con fijarse en las características físicas: piel rosada, pelaje blanco y ojos rojos o celestes (resultado de la falta de pigmento en el iris que permite ver los vasos sanguíneos de la retina); aunque, si las cumple todas, hay una alta probabilidad de que lo sea. También es necesario realizar un análisis genético por parte de un veterinario y un laboratorio especializado.

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