"El Cristo amarillo" es un cuadro pintado por Paul Gauguin en septiembre de 1889 en Pont-Aven (Bretaña), o bien acabado más tarde el mismo año en Le Pouldu.

Paul Gauguin pintó en varias ocasiones ese particular imagen de Jesucristo crucificado en tonos amarillos, e incluso se llegó a autorretratar con él en 1889, el mismo año que realizó la tela de este "Cristo Amarillo".

Estilísticamente es un óleo completamente identificable con la mano de Gauguin, ya que emplea su habitual tabicado o cloissoné, y no sólo para las figuras sino también para cada uno de los colores que componen la imagen.

También es habitual en los cuadros de Gauguin que las formas sean excesivamente simples y un tanto esquematizadas, algo que también se puede ver en obras de la misma época como "Visión después del sermón", realizada un año antes que el "Cristo Amarillo".

Su método de pintar era trazar directamente sobre la tela los contornos en bermellón o en azul ultramar. Después construía el decorado y las figuras extendiendo el color en el interior de los perfiles trazados al inicio.

Paul Gauguin (1848 -1903) fue un pintor francés, uno de los principales representantes del postimpresionismo reconocido después de su fallecimiento. El uso experimental del color y su estilo sintetista, fueron elementos claves para su distinción respecto al impresionismo.

Su trabajo fue gran influencia para los vanguardistas franceses y muchos otros artistas modernos como Pablo Picasso y Henri Matisse.

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