El limonero, tiene su patria en el norte de la India, pero ya en el siglo VIII a.c. se lo encontró difundido en todo el Sudeste asiático, en China y en Myanma (Birmania).

Según G.Gallesio, botánico y pomólogo oriundo de Liguria (Italia), que vivió entre 1772 y 1839, la primera descripción histórica del limonero se halla en escritos árabes del siglo XII, en los cuales se narra que había sido importado alrededor de dos siglos antes, desde la India.

El nombre con el que todavía hoy es llamado parecería confirmar este origen: "limun", en árabe, era un término usado indistintamente para indicar cualquier tipo de cítrico.

Se encuentran referencias de los limones tanto en el tratado de arte culinario de Marco G. Apigio, gastrónomo romano de la época de los emperadores Augusto y Tiberío, como en los libros de medicina contemporáneos. También en los famosos mosaicos de Pompeya, signo evidente de que los romanos conocían los limones y otras especies de citrus al menos desde el siglo I d.c.

El uso de los cítricos disminuyó con la caída del Imperio Romano, y los limoneros fueron olvidados y dejaron de cultivarse hasta que los árabes, redescubrieron su uso en Persia.

Comenzaron a ser cultivados en la zona y se inició la vocación de la citricultura en Sicilia y en España.

La expansión del limón tuvo lugar una vez se conoció su propiedad de curar el escorbuto, avitaminosis muy frecuente entre la gente de mar en los siglos XVI-XVII.

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