El taipán de la costa (Oxyuranus scutellatus), es una serpiente considerada una de los más devastadoras del mundo.

Se caracteriza por su gran envergadura, su longitud que oscila entre los 2,5 y los 3 metros, su rapidez y la elevada toxicidad de su veneno. El nombre proviene del pueblo Taipan, originario de la Península del Cabo York, Queensland, Australia.

Habitan en bosques, abiertos y cerrados, dunas de playa y grandes cultivos, lugar este último que suelen frecuentar en busca de ratas. El factor principal de su distribución se debe que, al ser animales de sangre fría, necesiten de medios cálidos para sobrevivir. Son activas en la mañana, aunque si el clima es templado también son nocturnas.

Son especies ovíparas, y la puesta contiene por lo general una docena de huevos, aunque ocasiones esta cifra llega a duplicarse. Transcurridos los dos meses posteriores al apareamiento, aparecen las nuevas crías.

Su veneno guarda una proporción de 400-800 veces más tóxico que el de la serpiente cascabel americana y unas 20 veces superior al de las cobras.

Los síntomas de una picadura implican fallos renales severos, incontinencia urinaria, donde se puede observar una orina oscura y el deterioro progresivo de los riñones. En caso de alcanzar el torrente sanguíneo, la muerte tardaría menos de media hora en aparecer. La toxina actúa sobre los tejidos, el corazón y el sistema respiratorio. Su poderoso efecto anticoagulante tiene como consecuencia que la herida nunca deje de sangrar.

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