El águila monera o filipina es una de las aves cazadoras más grandes y poderosas en el mundo, y la mayor rapaz de las selvas de Filipinas. Se le llamó «águila monera» a raíz de su tardío descubrimiento en 1896, basado en los reportes de los nativos, que afirmaban que se alimentaba exclusivamente de monos. Los resultados de investigaciones posteriores, revelaron que también se alimenta de otras presas, como el colugo de Filipinas, algunas serpientes, lémures, varanos, o incluso aves grandes, como cálaos.

En 1940 se podían encontrar en las zonas selváticas de las islas filipinas de Luzón, Samar, Leyte y Mindanao, donde se ha calculado que originalmente vivían unas 6000 de ellas. Nada comparable al número actual que puede rondar los 370 ejemplares repartidos únicamente por las islas de Mindanao donde habitan unos 300 ejemplares y Luzón en la que están casi extintas.

Como la mayoría de las águilas, son generalmente monógamas y las parejas permanecen juntas de por vida. Cuando ponen un huevo lo incuban durante 60 días y se mantienen con la cría por 20 meses, al siguiente año no incuba y esa es una de las razones de que se encuentre en extinción.

Las hembras que son entre un 10-20% más grandes que los machos pueden llegar a medir un metro, pesar 7 kilos y tener una envergadura de más de dos metros, lo que las convierte en una de las rapaces más grandes del mundo. Su longevidad es de 30 a 60 años y más en los animales que se tienen en cautividad.

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