Se considera un agente infeccioso a toda aquella entidad biológica capaz de producir una enfermedad infecciosa en un huésped (humano, animal, vegetal, etc.) sensiblemente predispuesto.

Los agentes infecciosos pertenecen a una amplia variedad de clases y se presentan con un diversificado espectro de tamaños, desde agregados de proteínas priónicas de menos de 20 nanómetros a tenias de hasta 10 metros de longitud.

Se conocen 6 diferentes tipos:

Bacterias, son procariotas, de modo que tienen membrana celular aunque carecen de núcleo, sintetizan su ADN, su ARN y sus proteínas, pero dependen del huésped para disponer de condiciones de crecimiento favorables.

Helmintos, (Helminto proviene del término griego “gusano”) son microorganismos multicelulares con un ciclo vital complejo. Cuando los gusanos adultos establecen su residencia en el ser humano ponen huevos o larvas que suelen ser eliminados a través de las heces.

Hongos, son eucariotas que causan infecciones a nivel superficial (piel) o profundo (tejido), aunque en el último caso la infección es más grave, frecuentemente se resuelve en huéspedes sanos.

Priones, son formas atípicas de diversas proteínas priónicas (PrP) y se encuentran generalmente en las neuronas.

Protozoos, son eucariotas unicelulares. En los países subdesarrollados suelen ser una causa de enfermedad.

Virus, son organismos infecciosos no considerados células que dependen de la célula huésped para multiplicarse.

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