El agua es el recurso natural más importante para la subsistencia de la especie humana, pero además, es uno de los más utilizados para la producción de diferentes elementos, entre los que destacan los alimentos.

Para la fabricación de todo lo que se consume es necesario el uso del agua en diferentes etapas de su proceso. El acto cotidiano de comer una hamburguesa o cocinar alguna verdura exige una cantidad de líquido que supera las percepciones normales.

En base a datos brindados por la Fundación Aquae, para comer una hamburguesa de 150 gramos se necesitan 2.400 litros de agua. Si se habla de incluir queso, son aproximadamente 2.500, mientras que para una bolsa de patatas o papas fritas son 185 litros.

Respecto a las legumbres y los cereales, el arroz es el que más agua consume; 1.700 litros por medio kilo. Para producir medio kilogramo se requieren 500 litros; para medio kilo de maíz 450 litros y para medio de lentejas, 25 litros.

Dentro del grupo de las bebidas, la leche es la que más necesita para su producción; 1.000 litros para generar un litro, 840 para preparar una jarra de café; 720 litros para una botella de vino o 35 litros para una taza de té.

El valor que nos indica la cantidad de agua que requiere dicha producción es llamado “huella hídrica”. La misma está determinada por el estilo de vida y la complejidad de cada producto.

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