Chile limita al norte con Perú. Hacía el este con Bolivia y Argentina, al sur con el Polo Sur y al oeste con el océano Pacífico. Sus fronteras terrestres totalizan 6339 kilómetros, siendo la frontera que comparte con Argentina, con 5308 km, la más larga de todas, y también la tercera frontera terrestre más larga del mundo, luego de la frontera entre Estados Unidos y Canadá (8893 km) y la de Rusia con Kazajistán (6846 km).

Con Argentina, el proceso de consolidación de los límites fue extenso, abarcando incluso varios decenios del siglo XX. Los conflictos comenzaron a mediados del siglo XIX, cuando Chile tomó posesión del Estrecho de Magallanes.

Las pugnas fueron solucionadas en el Tratado de Límites de 1881, que estableció el límite entre ambas naciones de Norte a Sur en la Cordillera de los Andes hasta el paralelo 52º y que la línea fronteriza correría por las cumbres más elevadas que dividan las aguas. Sin embargo, los inconvenientes fronterizos entre Chile y Argentina continuaron.

Surgieron nuevos conflictos que serían arbitrados por el rey de Inglaterra, según se acordó en los Pactos de Mayo en 1902. Pese a las deliberaciones de la corona inglesa, los desacuerdos en torno a la demarcación de los límites en la Puna de Atacama, la zona sur de Palena y en el Canal Beagle no fueron zanjados hasta el Tratado de Paz y Amistad de 1984, donde incluso el Papa Juan Pablo II debió interceder para evitar un enfrentamiento bélico entre Chile y Argentina.

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