El Museo del Hermitage es el tercero más grande del mundo, después del Louvre de París y el British Museum de Londres. Ocupa seis edificios situados a la orilla del río Neva, en San Petersburgo, el más importante de los cuales es el Palacio de Invierno, residencia oficial de los antiguos zares.

Se formó con la colección privada que los distintos monarcas fueron adquiriendo durante siglos. La primera fue Catalina la Grande, que en 1764 compró una colección de 225 cuadros de pintura holandesa y flamenca en Berlín a Johann Ernest Gotzkowski.

Decoró el Palacio con todo tipo de obras de arte que iba adquiriendo de Europa Occidental. Solo el comedor estaba adornado con 92 cuadros. Los diplomáticos rusos estaban encargados de comprar todo tipo de objetos, cuadros, joyas y libros para llevar al Palacio.

Hasta 1917 no fue declarado Museo Estatal. Un dato curioso: durante la Segunda Guerra Mundial, dos trenes blindados trasladaron su colección a refugios en los Montes Urales antes de la llegada del ejército alemán.

Actualmente reúne más de tres millones de piezas, abarca desde antigüedades romanas y griegas, a cuadros y esculturas del Renacimiento hasta Picasso y las vanguardias del siglo XX, arte oriental, piezas arqueológicas, arte ruso, joyas y armas.

Como imprescindibles, citaremos: el Palacio de Invierno, la Sala de las Carrozas, "la Madonna Litta" de Da Vinci, "El Almuerzo" de Velázquez, "La Danza" de Matisse, y "Composición VI" de Kandinsky.

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