Lustro es un término que proviene del latín “Lustrum” que significa “Limpio” sin embargo el origen es más interesante que su simple etimología. En la antigua Roma y antigua Grecia, un Lustro era un acto de purificación de los habitantes del Imperio mediante un rito por el cual se lanzaba agua sobre la cabeza de cada romano con la ayuda de una rama de laurel (incluso con la de un olivo). Este ritual se realizaba cada 5 años.

Dicha ceremonia, a la que era obligatorio asistir a todos los habitantes de Roma, también servía para realizar el censo de ciudadanos y, de ese modo, saber oficialmente el número de habitantes, nacimientos y defunciones que se habían dado en el transcurso de los últimos cinco años.

Hoy en día el término lustro se usa de dos maneras, la primera para señalar al quinquenio que se produce de la espera de 5 años. Un lustro es entonces un espacio de tiempo de 5 años, suelen usarlo como una medida de tiempo histriónica. También lustro se le llama a lo que es reluciente, basándonos de nuevo en la etimología, el lustro al significar limpio pulcro, lo emplean para denotar aquello que no tiene suciedad.

Más información: definicion.de