El período de gestación de un elefante dura más de 600 días, es decir, cerca de 2 años. De hecho, el «bebé» elefante, al nacer, llega a pesar unos 100 kilos y medir un metro de alto.

A medida que se acerca el momento del parto, la hembra buscará un contacto estrecho con otra hembra de su unidad familiar para protegerse durante el trabajo de parto. A veces, toda la unidad familiar rodea a la hembra que está dando a luz, protegiéndola desde todos los lados.

Las hembras dan a luz de pie. El parto en sí sólo dura unos minutos. Las madres consumen la placenta para evitar ser detectadas por los depredadores.

Una sola cría suele nacer con la cabeza y las patas delanteras primero. Aunque se han documentado gemelos, pero son extremadamente raros.

Por término medio, las crías recién nacidas miden aproximadamente 1 m de altura y pesan 120 kg al nacer. Los elefantes africanos machos recién nacidos pueden pesar hasta 165 kg. Las crías de elefante asiático recién nacidas pesan unos 91 kg.

La madre y otras hembras ayudan al recién nacido a ponerse en pie. Las crías son capaces de ponerse de pie por sí mismas a los pocos minutos de nacer. La madre y otras hembras ayudan a guiar a la cría para que se amamante casi inmediatamente. El tronco de la cría es todavía corto, por lo que utiliza su boca para amamantar.

A los dos días, las crías son lo suficientemente fuertes como para unirse al resto de la manada, que espera pacientemente cerca.

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