La Muralla de Adriano o Muro de Adriano, fue una fortificación defensiva en las fronteras del Imperio Romano. Construida en la Isla de Gran Bretaña Medía 80 millas romanas (117 kilómetros), se extendía desde el Golfo de Solway, hasta el Estuario del Tyne, y servia de protección contra los Caledonios.

En su visita a la Isla de Gran Bretaña el emperador de Roma Adriano en el 122, ordenó al gobernador de Bretaña, Aulus Platorius Nepos, la construcción de un muro de piedra de 80 millas romanas "para separar a los Romanos de los bárbaros".

Con este tipo de construcciones se marca el final de la expansión del Imperio Romano, que retrocedieron a los límites establecidos por el Emperador Augusto.

Su objetivo era defender la frontera romana de las incursiones de los caledonios, que habitaban la actual Escocia. La muralla también significaba el límite de la jurisdicción civil romana. Sus ruinas corren todavía hoy en día a lo largo de una línea de este a oeste en el norte de Inglaterra.

La muralla tenía como función también mantener la estabilidad económica y crear condiciones de paz en la provincia romana de Britannia.

Se extendía a lo largo de más de cien kilómetros, tenía un espesor de dos metros y medio a tres metros y una altura de cuatro a seis, hecha de piedra ,en la parte oeste, se comenzó, de arcilla. La muralla de Adriano debió terminarse por el año 128 d.C.

La UNESCO declaró a la muralla de Adriano, Patrimonio Histórico de la Humanidad en 1987.

Más información: es.m.wikipedia.org