La sinapsis es un mecanismo de comunicación que se produce entre dos o más neuronas a fin de poder transmitir de manera masiva un impulso nervioso para poder coordinar una función en el organismo.

Puede conseguirse gracias a la conjugación de tres elementos: el espacio entre una neurona y otra, las membranas pequeñas que están en la prolongación de la neurona llamada "axón" y la membrana plasmática que conforma la neurona vecina.

La célula encargada de enviar el impulso nervioso se llama neurona presináptica, mientras que la encargada de recibir la información se le conoce como postsináptica.

Existen dos clases de sinapsis:

Sinapsis química: no hay contacto físico entre las neuronas sino que quedan separadas por un espacio muy pequeño, hendidura sináptica.

La extremo del axón se ensancha formando el botón sináptico o terminal. Allí se encuentran numerosas vesículas sinápticas llenas de unas sustancias químicas denominadas neurotransmisores.

La llegada de un impulso nervioso a la membrana presináptica provoca una entrada de Ca2+ desde el exterior.

Sinapsis eléctrica: Las neuronas están muy próximas y están conectadas por una proteína que permite el paso de los iones a de una neurona a la siguiente. La transmisión del impulso es rápida y directa.

Este tipo de sinapsis es más frecuente en invertebrados. También se producen sinapsis eléctricas entre los conos y los bastones de la retina y las neuronas que los conectan con el nervio óptico.

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