Una persona arribista es alguien carente de escrúpulos que pretende progresar o ascender de manera rápida, privilegiando el fin antes que los medios.

Este término implica pretender ser alguien diferente, negando u ocultando sus raíces. Busca pertenecer de forma inmediata a otro circulo social, al que considera superior en comparación con el propio.

Reniega de sus compañeros que están en su misma posición, como resultado esta persona suele ser rechazado por su grupo de origen y, a su vez no es aceptado en el nuevo estrato o entorno.

Esto se debe a que su conducta no se vincula con el progreso natural, ni con las condiciones sanas y lógicas de desarrollarse, sino que está vinculado al materialismo y egoísmo.

Es aquel que deja de lado los valores morales, para conseguir sin demoras lo que anhela o desea. En su camino intenta volverse influyente y acaparar poder, puede alcanzar un lugar ventajoso para enriquecerse y poner sus condiciones. "El fin justifica los medios", agota todas las instancias para alcanzar sus objetivos predeterminados y, carente de escrúpulos.

La palabra arribismo proviene del comportamiento habitual del arribista, y de acuerdo a la Real Academia Española, procede del francés arriviste, que a su vez hace referencia a la persona que progresa en la vida con medios rápidos e inescrupulosamente.

Antes sel siglo XIX, tenía el mismo significado que el verbo español arrivar, del latín popular arripare, acceder a la orilla, de ripa, orilla.

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