La estructura interna de la Tierra está formada por capas esféricas concéntricas. Desde el exterior hasta el interior, el orden de las capas es el siguiente: una corteza sólida exterior de silicatos, una astenosfera y un manto altamente viscosos, un núcleo externo líquido que es mucho menos viscoso que el manto y un núcleo interno sólido.

La comprensión científica de la estructura interna de la Tierra se basa en observaciones de topografía y batimetría, observaciones de rocas en afloramientos, muestras llevadas a la superficie desde mayores profundidades por volcanes o actividad volcánica, análisis de las ondas sísmicas que pasan por la Tierra, mediciones de campos gravitacionales y magnéticos de la Tierra, y experimentos con sólidos cristalinos a presiones y temperaturas características del interior profundo de la Tierra.

Estos avances nos han permitido aprender mucho sobre la Tierra y las capas que la componen. Cada capa tiene propiedades, composiciones y características diferentes que afectan a los procesos clave de nuestro planeta.

No obstante, el interior de nuestro planeta sigue guardando algunos misterios. Aunque los astronautas exploran otros planetas y satélites en órbita, los recovecos internos de la Tierra siguen estando fuera de nuestro alcance.

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