Dentro de la escultura de la Roma Antigua encontramos dos tipos de presentación: escultura religiosa y el retrato.

Escultura religiosa: De clara influencia helénica. En los temas mitológicos encontramos fundamentalmente copias de obras griegas, que van evolucionando desde el idealismo griego, durante el Alto Imperio, hacia el hieratismo y rigidez de las realizaciones del Bajo Imperio.

El Retrato: La mas destacada y sobresaliente es la escultura-retrato, que viene heredada de los Etruscos. La escultura retrato nació para el Emperador y luego se adaptó a personajes importantes que tenían el poder económico para pagar a los artistas por sus trabajos.

Para los romanos no era importante “crear formas” que representaran la belleza ideal, como ocurría en Grecia, sino reproducir la naturaleza, la realidad. Frente a los modelos ideales de belleza y perfección de los griegos, los romanos esculpían personajes concretos y exactos.

Lo importante, tanto en los retratos como en los relieves, era honrar a las autoridades, al emperador, y no hacer un despliegue técnico personal.

Los materiales que mas se emplearon fueron el bronce y el mármol, aunque también se realizaron estatuas en terracota, oro, plata, marfil y madera.

Eran esculturas apolícromas, solo al principio pintaron los ojos, luego dejaron de hacerlo. En el período de la República, se representaba únicamente la cabeza y parte del cuello. Posteriormente se incluyen en la representación los hombros y el pecho.

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