El mar Muerto es famoso por varios hechos, entre ellos, su elevada cantidad de sal que impide la vida en sus aguas y favorece que los objetos floten en ellas, y su mención en varios pasajes de la Biblia. A pesar de su nombre, se trata de un lago endorreico, es decir, un cuerpo de agua rodeado de tierra sin salida grande o significativa hacia el mar u otro cuerpo de agua. Se ubica entre las fronteras de Jordania, Israel y Cisjordania, a más de 400 metros por debajo del nivel del mar.

Tiene unos 80 km de largo y un ancho máximo de unos 16 km; su superficie es aproximadamente de 810 km². Recibe agua del río Jordán, de otras fuentes menores y de la escasa precipitación que se produce sobre el lago, y el nivel de sus aguas es el resultado del balance entre estos aportes y la evaporación.

Los minerales que desembocan en él se quedan allí para siempre. La mayoría de los cuerpos de agua dulce tienen puntos de salida, como los ríos y arroyos, lo que les permite disponer de los minerales disueltos que pueden fluir en ellos de otras fuentes. Por esta razón es un lago hipersalino, ya que tiene una alta concentración de sales que supera la de los mares conectados a los océanos.

Mucha gente visita el Mar Muerto por sus propiedades terapéuticas, de la misma manera que se hace en la talasoterapia (método de terapia que se basa en el uso de diferentes medios marinos). Es decir, para mejorar las enfermedades reumáticas, enfermedades de la piel e incluso enfermedades respiratorias.

Más información: www.geoenciclopedia.com