En 1718 murió el temido pirata Barbanegra. Edward Teach cuyo apodo surgió porque de su barba coñgaban las mechas con las que encendía los cañones de su barco durante los abordajes.

Fue uno de los corsarios que participó en las Guerras de la Reina Ana, entre Francia y Gran Bretaña. Después, ya sin la protección del gobierno inglés, Teach se estableció en el Caribe a las órdenes del pirata Benjamin Hornigold. Cuando este se retiró, comenzó sus fechorías en la isla de Nueva Providencia.

Atacó varios buques españoles y luego se hizo con el francés Concorde, que transformó en el legendario Queen Anne’s Revenge, un buque de guerra con más de cincuenta cañones.

Barbanegra no conocía de nacionalidades y su siguiente objetivo fue un barco de la corona británica, el Great Allen.

Tras el abordaje mandó fusilar a toda la tripulación. Este hecho tan sanguinario movilizó a la marina británica para capturarlo. El buque Scarborough fue a su encuentro y también cayó derrotado.

La leyenda del pirata se agigantaba, y también el interés de los ingleses por apresarlo. De las islas de Barlovento, pasó al Yucatán mexicano, donde fue conocido como «El gran diablo»

Ante las dificultades que causaban a su reino los piratas del Caribe, Jorge I les ofreció un indulto a cambio de que abandonasen sus actividades. Barbanegra se negó a renunciar a sus jugosos botines.

En su lugar negoció con el gobernador de Carolina del Norte, que a cambio de una comisión del pillaje le permitía actuar con impunidad

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