La historia de Argentina durante la Segunda Guerra Mundial fue un período complejo que comenzó en 1939, luego del estallido de la guerra en Europa y acabó en 1945 con la rendición del Imperio del Japón. ​

El 4 de septiembre de 1939, tres días después del comienzo de la Guerra, un "Acuerdo de Ministros", estableció la neutralidad del país, debido a los estrechos vínculos con Alemania, a pesar de las disputas internas y la presión de Estados Unidos para unirse a los aliados, posición que se mantuvo hasta cinco meses antes de la firma de paz.

Finalmente cedió ante la presión, rompiendo relaciones con las Potencias del Eje el 26 de enero de 1944 y declarando la guerra a Alemania.

El 27 de marzo de 1945, el presidente Farrell declaró la guerra al Imperio del Japón, en adhesión al Acta de Chapultepec.

El gobierno decidió el cese total del intercambio comercial, cierre de publicaciones pronazis, intervención de empresas alemanas, y la detención de un número importante de espías nazis o sospechosos de serlo.

Pasaron varias gestiones de gobierno: Roberto Marcelino Ortiz (1938-1940), Ramón Castillo y desde el Golpe de Estado de 1943 (hasta 1946), los militares Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrel.

El análisis sobre el rol de la Argentina en el marco internacional de la Guerra enfrenta dos posiciones. De un lado, quienes ven una inclinación pro-Eje; del otro, quienes subrayan la irreductible y compleja red de intereses políticos, económicos e ideológicos que dominó esos días.

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