Urano es el séptimo planeta del sistema solar, el tercero de mayor tamaño, y el cuarto más masivo.

Pese a ser detectable en el cielo a simple vista, Urano no fue catalogado por los astrónomos de la antigüedad como un planeta debido a su escaso brillo y a la velocidad de su órbita, más lenta que la del resto de planetas, un año en Urano equivale a unos 85 años en la Tierra.

Siglos más tarde y en ocasiones consecutivas, Urano fue observado en el cielo por distintos astrónomos. Sin embargo en todas ellas fue confundido con una estrella. Fueron los casos de John Flamsteed que en 1690 lo catalogó como 34 Tauri, o el de John Bevis que representó al planeta como 3 estrellas diferentes en posiciones consecutivas.

Hubo que esperar hasta el 13 de marzo de 1781 para que astrónomo William Herschel anunciara el descubrimiento del que sería el primer planeta descubierto por un telescopio, y no por la trayectoria que describía en el cielo, tal y como fueron descubiertos el resto de planetas hasta entonces conocidos.

Se enmarca dentro de la categoría de los planetas gigantes. Sin embargo, debido a su composición, rica en hidrógeno, helio y metano, muy parecida a la de Neptuno, y sustancialmente diferente a la de Júpiter y Saturno, los astrónomos catalogan a este coloso en la categoría de los gigantes helados.

La atmósfera de Urano resulta bastante densa, además de ser la más fría de todo el sistema solar y estar surcada por vientos que pueden alcanzar hasta los 900 km/h.

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