El rey Luis XIV se había casado con la infanta María Teresa de Austria, hija del primer matrimonio de Felipe IV. Antes de su boda el francés tuvo que firmar un documento de renuncia a la sucesión del trono español. Sin embargo, Luis XIV no solo aspiraba a quedarse con las provincias españolas de Flandes, sino que acariciaba con gusto la posibilidad de alcanzar la corona de España, de la que le separaban los dos hijos del segundo matrimonio de Felipe IV: el enfermizo Carlos II y la infanta Margarita.

Luis XIV solicitó la nulidad de su renuncia al trono español alegando la minoría de edad de su esposa cuando firmó el documento y en la falta del pago de la dote, que el francés había tenido cuidado de no reclamar con demasiada prisa para dejar siempre abierta la puerta a sus exigencias.

Felipe IV, inmerso en sofocar la insurrección de Portugal, no rechazó de plano la petición y daba largas a su yerno para evitarse más dificultades e impedir que ayudase a los rebeldes portugueses de la casa de Braganza.

En 1667, ejércitos franceses invadieron los Países Bajos españoles y ocuparon el territorio español del Franco Condado. Los españoles no ofrecieron resistencia, pero las Provincias Unidas formaron la denominada Triple Alianza que forzaron la firma del Tratado de Aquisgrán por el cual una pequeña parte de los Países Bajos españoles sería cedida a Francia, pero Luis XIV tenía que renunciar al resto de los territorios conquistados durante la guerra.

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