La Madonna de Brujas es una escultura realizada en mármol por Miguel Ángel en el año 1504. De 1,23 m de altura, se encuentra en la iglesia de Nuestra Señora de Brujas (Bélgica).

La obra no está entre las más conocidas del artista, pero tanto Napoleón como Hitler se apoderaron de ella. Las dos veces la obra pudo regresar a Brujas.

Fue realizada después que la Piedad del Vaticano, por encargo de unos mercaderes flamencos, los Mouscrom. La Virgen y el Niño presentan parecido en las vestiduras con la Piedad, pero aquí el grupo adquiere una solemnidad plástica, debido a su verticalidad.

El rostro de la Virgen es ovalado, de gran belleza clásica, y queda enmarcado por las ondulaciones del velo. Se encuentra como si estuviera en un momento de pensamiento profundo, mostrándose con una gran serenidad, mientras el Niño, de pie, está recostado entre las piernas de su madre y junta su mano con la de ella, dando con la energía de este gesto la sensación dinámica que él sostiene a ella.

Por una carta de Giovanni Balducci dirigida a Miguel Ángel con fecha 14 de agosto de 1506, se informa del traslado de la escultura a Brujas por Giovanni y Alessandro Moscheroni. Fue colocada en una capilla de la iglesia de Nuestra Señora, en 1521.

En la época de Napoleón fue llevada a Francia y devuelta a Brujas en 1815. Sufrió otra sustracción similar por las tropas alemanas en la II Guerra Mundial, pero terminó regresando a su ubicación original gracias al Programa de Monumentos, Arte y Archivos.

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