En el atletismo, la carrera de velocidad es una carrera a pie que tiene una distancia predeterminada en 60, 100, 200 y 400 metros en pistas.

En este tipo de carreras, el atleta en la salida se encuentra semi incorporado, en unos apoyos fijados a la pista denominados tacos, así los corredores traccionan empujando los pies contra los tacos de salida, diseñados especialmente para sujetar al corredor colocados detrás de la línea de salida. Al sonido del disparo del juez de salida el atleta se lanza a la pista y corre a la máxima velocidad hacia la línea de meta, siendo fundamental una salida rápida.

Se tiene constancia del uso de este arma para marcar la salida concretamente en el tercer maratón olímpico, el de San Luis, en 1904. Hasta entonces se usaban otros métodos, como el sonido de un silbato o una cuerda para retener a los atletas que se soltaba en el momento de la salida.

Aunque hoy en día la mayoría de las que se usan, sobre todo en carreras populares, son muy parecidas, las pistolas fueron evolucionando, sobre todo en las grandes citas de atletismo en pista. En los Juegos Olímpicos de 1952, la marca de relojes Omega estrenó el primer cronometraje electrónico. Y se hacía necesario que el disparo de salida estuviera también conectado de forma electrónica.

Se decidió también conectar el sistema electrónico de la pistola a unos altavoces que se situaban justo detrás de los atletas, de manera que el sonido llegue a todos al mismo tiempo.

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