Polonia es uno de los países más religiosos de Europa. Aunque existen diversas comunidades religiosas en Polonia, la mayoría de los polacos adhieren al cristianismo.​ Dentro de esto, el grupo más grande es la Iglesia católica: el 92,9% de la población se identificó con esa denominación en 2015.

Según el Instituto de Estadísticas de la Iglesia Católica, el 36,7% de los creyentes católicos polacos asistieron a los servicios religiosos de los domingos en 2015. Polonia es considerado, pues, como uno de los países más católicos del mundo. Neal Pease describió a Polonia durante el período de la Segunda República (1918-1939) como "la hija más fiel a Roma".

No obstante, según datos del instituto CBOS de diciembre de 2021, durante las tres décadas anteriores el porcentaje de jóvenes que asisten regularmente a las iglesias católicas ha bajado del 69 % al 23 %, y el número de no practicantes ha pasado del 8 % al 40 %. La socióloga Mirosława Grabowska considera que los ambientes urbanos de la sociedad polaca están en gran medida secularizados, mientras que los católicos practicantes —en su mayoría simpatizantes del partido político Ley y Justicia— son personas mayores, con menos formación y procedentes de ciudades pequeñas y entornos rurales. Según el mismo estudio, durante este período también se habría generalizado una actitud de desconfianza e incluso aversión hacia la Iglesia católica en el país.

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