La fábula "Afrodita y la gata" de Esopo cuenta que un día una gata vio a un hermoso joven y se enamoró perdidamente de él.

Sabiendo la imposibilidad de ser correspondida, le imploró a Afrodita para que la transforme en una bella mujer. La gata, rogó y rogó a la diosa durante meses, pues de todos es sabido que los dioses no responden a los que no persisten, y al fin, la diosa, compadecida de su intenso deseo, la transformó en una bella doncella.

El joven, al verla, quedo deslumbrado por la belleza de la mujer y la invito a su casa. La historia transcurrió como puede suponerse y terminaron en su alcoba.

Tras el amor, los jóvenes se quedaron dormidos y Afrodita que había seguido, intrigada, toda la historia quiso saber si al transformar la apariencia de gata al de una mujer, también había cambiado el carácter de la gata, para ello solo un ratón en la habitación.

La gata olvidando que se había convertido en una bella doncella, salto de la alcoba y persiguió a ratón para atraparlo. La diosa quedó indignada por esa actitud y la volvió a su estado original.

La moraleja de esta fábula de Esopo, nos recuerda que el cambio de aspecto de una persona, no hace que pierda o cambie sus instintos.

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