El mamífero más alto del mundo es la jirafa, un animal singularmente adaptado a su entorno. Según la African Wildlife Foundation, la vida media de una jirafa es de 10 a 15 años. Otras fuentes sugieren una vida más larga, entre 20 y 25 años.

Su hábitat natural incluye desde selvas densas hasta las llanuras abiertas. La disponibilidad de árboles es fundamental para su hábitat y su dieta, ya que la jirafa es herbívora. Son muy exigentes y se alimentan de 16 a 20 horas al día, pero solo consumen unos 30 kilos de follaje durante ese tiempo.

Aunque su dieta es variada y contiene hasta 93 especies de plantas diferentes, se ha descubierto que las hojas y ramitas de acacia son su fuente de alimento favorita.

Estos árboles tienen largas espinas mezcladas con las hojas que disuaden a otros animales, pero las jirafas son capaces de usar sus largas lenguas, de entre 45 y 50 cm, para maniobrar alrededor de las espinas. Su espesa y pegajosa saliva también las protege de las espinas que puedan tragar inadvertidamente.

La población de jirafas se ha ido reduciendo a medida que pierden su espacio vital. Hay cuatro amenazas principales para la supervivencia de la especie: la pérdida de hábitat, disturbios civiles, la caza ilegal y los cambios ecológicos descritos como el cambio climático y la conversión del hábitat. Como parte de los esfuerzos para mantener la población de jirafas, el Africa Wildlife Fund ha reforestado con acacias partes de África Occidental.

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