Kirguistán es un país montañoso de Asia central, sin salida al mar y que comparte fronteras con la República Popular China, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán. Su capital es Biskek.

Biskek es la capital y la ciudad más poblada de Kirguistán. Se cree que su nombre deriva de una palabra kirguís para una batidora usada para fermentar la leche de yegua, la bebida nacional del país. Está situada en el valle del río Chu, en el curso de los ríos Alaarcha y Alamedín, al pie de los Montes Kirguises, a pocos kilómetros de Kazajistán.

La historia de Kirguistán se extiende por más de dos mil años y abarca una gran variedad de culturas e imperios. Aunque aislada geográficamente por su altamente montañoso terreno ha estado históricamente en el cruce de grandes civilizaciones, como parte de la Ruta de la Seda y otras rutas comerciales y culturales. Aunque siempre habitada por una sucesión de tribus y clanes independientes, Kirguistán ha llegado a estar, periódicamente, bajo dominio extranjero y ha alcanzado la soberanía como estado-nación solo después de la desintegración de la Unión Soviética en 1991.

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