El Mamporrero es un oficio de colaboración y ayuda a la reproducción equina que en la antigüedad gozaba de gran prestigio pues de su destreza y habilidad dependía la procreación de los mejores caballos.

Su misión consistía en conducir el pene del caballo hacia la vagina de la yegua para conseguir mayor prontitud en la cópula, velando así por la seguridad de la hembra y evitando a la misma que el ímpetu del macho termine dañándola. Su trabajo resulta indispensable para ultimar una buena monta.

Actualmente se trata a este oficio con cierta chanza, y se suele llamar “mamporrero” a quien hace el trabajo sucio a otro y lo ayuda en sus más íntimos menesteres igual que aquel profesional ayuda a los sementales a hacer una buena monta a la yegua.

Esta acepción también se confunde con la de una persona pendenciera, con tendencia a la violencia por derivar de la palabra mamporro, aunque la RAE no la incluye en el diccionario.

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