El yodo o iodo​ es un elemento químico de número atómico 53 situado en el grupo de los halógenos de la tabla periódica de los elementos.

Su símbolo es I, y se trata de un no metal debido a que no es un buen conductor del calor ni de la electricidad.

Fue descubierto en 1811 por el químico francés Bernard Courtois, quien se encontraba en mitad del proceso de obtención de sosa procedente de algas marinas y añadió ácido sulfúrico a éstas y apareció por sorpresa un vapor de color púrpura que al solidificarse parecía granito, eso era el yodo. Fue nombrado por Gay Lussac en una publicación del 1 de agosto de 1814 partiendo del iodes del griego clásico (con reflejos violetas) debido al color de su vapor cuando se calienta.

El yodo se ha establecido como uno de los elementos más importantes en la química, la física y la medicina.

El yodo y sus compuestos se utilizan en multitud de alimentos, productos agrícolas, farmacéuticos y tecnológicos, por ejemplo, el yodo como aditivo para la sal solo engloba el 4% del total de sus usos.

También es un buen antiséptico para las heridas, por su poder antimicrobial, y además es un excelente medio de contraste para rayos X facilitando la visualización de estructuras y fluidos de un cuerpo. Se usó en la fotografía más temprana con los daguerrotipos y ahora en el sector tecnológico, es un componente utilizado en la fabricación de pantallas para televisores, ordenadores y teléfonos móviles, entre otros dispositivos.

Más información: es.wikipedia.org