La hipocresía puede venir del deseo de esconder de los demás motivos reales o sentimientos. En muchos idiomas, incluido el francés, un hipócrita es alguien que esconde sus intenciones y verdadera personalidad.

Se ubica en el griego como hypokrisía, asociado al adjetivo hipócrita como hypokritḗs. La deconstrucción proporciona los elementos hypo-, que refiere a debajo, krinein, en alusión a tomar un rumbo, teniendo una raíz en el indoeuropeo *krei-, con respecto a discernir.

Del marco teatral, a partir de la práctica de la interpretación, dentro del cual los griegos eran verdaderos artífices de la comedia y la tragedia, evoluciona al comportamiento del individuo que finge y pretende ser alguien distinto al que es en realidad.

En nuestro idioma manejamos diferentes sinónimos, como falsedad (en latín falsĭtas), cinismo (en latín cynismus, sobre el griego kynismós.), o disimulo (apreciado en el latín como verbo en dissimulāre).

En el Antiguo Testamento aparece la palabra hipócrita o impío para referirse a la persona impura, es decir, quien se ha apartado de Dios. En el Nuevo Testamento se usa el término tal y como lo empleaban los griegos, como técnica para el engaño o el disfraz a partir de una actuación que supera las fronteras teatrales.

Para el lingüista y analista social Noam Chomsky, la hipocresía es definida como la negativa a aplicar en nosotros mismos los mismos valores que aplicamos en otros.

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