El primer significado de la palabra "esposo" de acuerdo a la etimología es "derramar una bebida".

Cuando un comerciante de la antigua Grecia hacía un acuerdo con algún proveedor, sellaba el contrato vertiendo unas gotas de vino en el altar de alguno de sus dioses. La palabra griega para ese gesto era "spendo", lo que significa ‘derramar una bebida’. Pero debido al hábito impuesto por los comerciantes, "spendo" fue adquiriendo poco a poco el sentido adicional de ‘hacer un acuerdo’ o ‘firmar un contrato’.

A partir de "spendo", se formó en latín el vocablo "sponsus", usado para nombrar a la persona que asume algún compromiso, así como al que se compromete a patrocinar alguna iniciativa. Hoy es designado frecuentemente con la palabra espónsor, (tomada del inglés, aunque la raíz latina es la misma) el patrocinador de alguna iniciativa o evento.

Así también, un hombre que se compromete a casarse con alguien pasó a llamarse un "sponsus", y la mujer que hace lo mismo es una "sponsa", palabras que llegaron a nuestra lengua como esposo y esposa, respectivamente.

El nombre de esposa que se da a las manillas con que se aprisionan las muñecas de alguien es una metáfora que data de la Edad Media, por la cual la idea de matrimonio se vincula con la de falta de libertad.

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