El Reino de Arabia Saudita ocupa gran parte del territorio de la península arábiga. La desertificación, el agotamiento de las aguas subterráneas, la ausencia de ríos y la contaminación del mar por derrames de petróleo comprometen el acceso de sus habitantes al agua de calidad, y en este país se han instalado grandes plantas para limpiar y desalinizar el agua del mar.

Aunque no hay ríos permanentes en la península, los uadis son numerosos. Un uadi es un vocablo de origen árabe utilizado para denominar las ramblas, es decir, los cauces secos o estacionales de ríos, arroyos y torrentes que drenan regiones cálidas y áridas o desérticas. Hay muchos en la península arábiga y en el norte del continente africano. Estos cauces pueden tener hasta más de cien metros de anchura; generalmente, solo encauzan agua durante breves temporadas lluviosas –de horas, días o a lo sumo semanas de duración– que pueden ser de periodicidad anual o esporádicas e impredecibles, tanto en la época del año en que ocurren como en la pluviosidad.

El clima de Arabia Saudita es generalmente desértico, muy cálido en verano y de lluvias muy escasas y concentradas entre noviembre y abril, con ciertas diferencias entre las regiones. En la mayor parte de la Arabia Saudita la vegetación es escasa y se limita a algunas hierbas xerofíticas y arbustos.

El país posee 2 149 690 km² de superficie, y contaba con una población de más de 32 millones de habitantes según una estimación de 2016.

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