Desde el siglo XIV, Venecia fue víctima de varias epidemias de peste causadas por los parásitos de las ratas que viajaban en los barcos.

La fiesta del Redentore es una tradición que celebra el final de la peste. Entre 1575 y 1577 Venecia sufrió una epidemia de peste que se sesgó la vida a un tercio de su población.

Ante tal drama, el Senado veneciano invocó la ayuda divina, prometiendo construir una iglesia a cambio. De esta promesa nacieron la basílica y la fiesta del Redentore, una tradición que ha perdurado hasta el día de hoy.

Se ordenó la construcción de una iglesia votiva en la vecina isla de la Giudecca. El proyecto fue confiado al prestigioso arquitecto Andrea Palladio, que no la terminó; murió en 1580 y su construcción concluyó en 1592.

Dos meses después del inicio de las obras la epidemia cesó: era julio de 1577 y, para celebrarlo, se instauró la fiesta que lleva el mismo nombre que la iglesia: el Redentore.

La fiesta del Redentore tiene lugar el fin de semana coincidente con el tercer domingo de julio. Se construye un puente flotante sobre el canal de la Giudecca, que conecta la isla con la Fondamenta delle Zattere, en la orilla sur de Venecia.

El puente es abierto al público la tarde del sábado, permitiendo por una sola vez al año cruzar el canal a pie, originalmente para facilitar la peregrinación a la iglesia del Redentor.

Un gran espectáculo de fuegos artificiales que tiene lugar la noche del sábado sobre la laguna de San Marcos.

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